lunes, 4 de octubre de 2004

Baja cultura; alta política


Éxito de Operación Triunfo en el mundo árabe
En un artículo publicado recientemente en la Vanguardia, David Barba explicaba el éxito de la versión árabe de Operación Triunfo. “Star Academy” ha conseguido records de audiencia en países como Argelia, Sudán o Siria con shares de hasta un 98% en la final del concurso. Como no podía ser de otra manera, los fundamentalistas han puesto el grito en su cielo ante la presencia de doce jóvenes de ambos sexos conviviendo juntos y -ya se sabe- sudando, aunque sea con la Noble Excusa de la Superación Personal. Según nos informan, los críticos sentenciaron que el programa: “incita al pecado y es fuente de desgracias para la juventud”. Dejando de lado la excitación que siempre me provoca toda alusión a la idea de pecado -un placer que nunca conoceremos los que hemos sido educados por la democracia y el catolicismo light, y tan justamente aborrecida por los que la han padecido-, la frase revela la capacidad casi infalible de los dogmáticos para detectar al verdadero enemigo. Y es que, como plantea el periodista, su éxito puede ser una batalla ganada en la democratización de las costumbres en los países árabes, es decir- y esto lo digo yo- en su occidentalización.
Ahora que vivimos la resaca de la democratización por vía acción directa en Irak no está de más recordar el poder de la seducción, quizás la mejor arma de las sociedades libres frente al fundamentalismo religioso. Para desgracia de los intelectuales, a menudo el objeto de seducción no está en las grandes ideas sino, paradójicamente, disfrazado en los productos diseñados por unos publicistas que cuando actúan en libertad –la gran idea por antonomasia- saben conectar con aquello que la gente quiere y que suele ser más universal de lo que los entusiastas de las diferencias culturales nos venden. Esa es la virtud política que se esconde en lo que desdeñosamente se llamaba cultura de masas y que por utilizar los mecanismos del mercado permite una mejor comprensión de la sociedad que cualquier manual de sociología. Contrariamente a lo que opinan los defensores de la “excepción cultural”, la libertad en este ámbito es tan importante como en cualquier otro, y lo es porque para avanzar socialmente necesitamos re-conocernos en lo que somos y no tanto en lo que nos gustaría ser, aunque los resultados de esa libertad sea la telebasura. La existencia de ésta no deja de ser muchas veces sinónimo de libertad –sobre todo donde van justos de ella-, como lo era la presencia de un McDonals en una ciudad en tiempos de la Guerra Fría o la constante emisión de música clásica en las emisoras soviéticas era sinónimo de todo lo contrario. Algo que ya saben muy bien las personas que viven en países sometidos a regímenes fundamentalistas, gracias a los cuales la telebasura se ha convertido en un arma cargada de futuro.
Allí, como aquí, la televisión no deja de ser una magnífica metáfora de cómo la sociedad sigue su propio ritmo a pesar de los esfuerzos por ahogarla de legisladores y planificadores peor o mejor intencionados –éstos suelen ser los más peligrosos- en una lección de modestia que todos deberían aprender estando, como están, sujetos a la fatal arrogancia de creerse capaces de cambiar la sociedad a base de decreto. El éxito de Operación Triunfo podría ser un paso más - modesto pero real- de cara a la democratización del mundo árabe, ya que toda reforma perdurable sólo puede surgir de aquello que la sociedad ya ha conquistado previamente. Al fin y al cabo, y volviendo a nuestro país, si el gobierno de Zapatero puede aprobar una legislación que equipara los matrimonios entre homosexuales a los de toda la vida, lo será porque la sociedad ya lo ha aceptado; o sea, porque entre otras cosas una pareja de gays ganó el concurso La casa de tu Vida por votación popular. Si cuarenta años de educación franquista no han evitado que los españoles le pongamos piso a una pareja de homosexuales, ¡por qué no tener las mayores esperanzas en lo que puedan conseguir nuestros esforzados chicos de Operación Triunfo en tierras musulmanas!

No hay comentarios:

Publicar un comentario